Desde hace días, la afición merengue se encuentra en vilo, conteniendo la respiración ante la posibilidad de un nuevo título de liga.
Sin embargo, aunque el destino pueda sonreír al Real Madrid en el campo, la celebración en el emblemático Paseo de la Castellana podría quedar en pausa.
¿La razón? Un calendario complicado que obliga al equipo a mantener el foco en los desafíos que aún aguardan en el horizonte, como el partido contra el Bayern en Champions.
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Una Liga para la historia
A lo largo de la temporada, el Real Madrid ha demostrado un dominio indiscutible en LaLiga, imponiendo su autoridad sobre todos los equipos rivales y dejando en claro su superioridad en el terreno de juego.
Con un centro del campo sólido y un juego arrollador, los blancos han humillado al Barcelona, consolidándose como el equipo a vencer en la lucha por el título.
El hambre de victoria, unido al gran papel de Bellingham, Vini y Fede Valverde, le ha servido a los de Ancelotti para conquistar el título muchas jornadas antes de que acabe la temporada.
Pero el FC Barcelona juega su partido unas horas después del Madrid, y desde la capital no quieren que esto opaque la celebración.
Liga o Champions, o las dos
Pero el Real Madrid no solo aspira al título de liga, sino que también se encuentra enfrascado en la batalla por la Champions League.
La vuelta de las semifinales contra el Bayern Múnich está a la vuelta de la esquina, y con el marcador empatado 2-2 en la ida, cada minuto de preparación es crucial.
La mente de los jugadores y el cuerpo técnico está completamente enfocada en el choque decisivo que determinará su destino europeo. La dualidad entre la gloria nacional y la consagración europea presenta un dilema para el Real Madrid.