El Barcelona atraviesa cambios polémicos en su animación. Joan Laporta ha decidido sustituir a la histórica Grada de Animación por ‘influencers’ e ‘instagramers’ que ni siquiera son del club.
Se trata de jóvenes con miles de seguidores en redes, invitados por la junta directiva para organizar sus propios shows en Montjuïc. Algunos incluso tendrán acceso al palco y a pie de campo. Todo, según denuncian los Almogàvers, con autorización explícita del club.
Los tiktokers toman el control
Un ejemplo reciente: Robert Jankowski, un tiktoker polaco, apareció en un vídeo actuando como director de orquesta de los aficionados. Su objetivo no era animar al Barça, sino ganar seguidores. Todo grabado profesionalmente y autorizado por la directiva.
Albert Yarza, presidente de los Almogàvers, lo denuncia en la SER: “Esto no es animación genuina. Son shows para redes sociales. Ni siquiera tienen que ser barcelonistas para participar. Solo buscan su público y likes”.
no tengo nada en contra de lolalolita, pero a mí me tienen que explicar en qué beneficia que ella suba que ha ido al partido, cuando su contenido no es ni de fútbol además luego lo sube a tiktok así, pues vaya publi más buena pic.twitter.com/FCgiRYiZFc
— 🙂↕️🙂↕️🙂↕️ (@_alejandradiiaz) May 11, 2025
Incluso se les permite participar en partidos de Champions, manipular la lona central y hacer directos en streaming. Todo a costa de la autenticidad de la grada histórica.
Grada de animación reducida
El nuevo Spotify Camp Nou tendrá la grada más pequeña de toda la Liga. Solo 1.200 espectadores en un estadio de 105.000. El acceso será limitado: socios de 18 a 25 años con cinco años en lista de espera y no abonados. Una elección a dedo.
La vicepresidenta Elena Fort confirmó los requisitos. Laporta, por su parte, desmintió polémicas públicamente. La realidad: la selección favorece a perfiles serviles y genuflexos con la directiva.
Socios apartados
Grupos históricos como Almogàvers, Nuestra Enseña, Cruz de Sant Jordi o Front 532 quedan marginados. La política de Laporta busca despersonalizar la animación y reemplazarla por un espectáculo audiovisual.

Yarza añade: “Nos han multado sin explicación. Nunca nos dejaron defendernos ni identificar los cánticos sancionados. Esto desprecia a los socios, que son los dueños del club”.
El objetivo es claro: convertir la grada en un espacio comercial y mediático. Los auténticos barcelonistas pierden protagonismo, mientras los influencers ganan visibilidad.
Montjuïc ya no será el corazón del barcelonismo, sino un escenario controlado por la directiva. Una decisión que divide al club y que promete polémica hasta las próximas elecciones.