El Santiago Bernabéu estalló. Corría el minuto 12 cuando Mbappé firmó un auténtico golazo. Recuperación alta del Real Madrid tras una pérdida de Fermín y definición de pura clase del crack francés. Disparo seco, a bote pronto, imposible para Szczesny. El estadio rugió. El Madrid golpeaba primero en el Clásico.
Pero la alegría duró poco. El VAR avisó a Soto Grado. Posible fuera de juego. Las imágenes tardaron unos segundos en aparecer en las pantallas y, cuando lo hicieron, el gesto del árbitro lo dijo todo: gol anulado.
EL GOLAZO DE MBAPPÉ, ANULADO POR FUERA DE JUEGO ❌#LALIGAenDAZN ⚽
— DAZN España (@DAZN_ES) October 26, 2025
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Un fuera de juego de apenas un centímetro
El sistema semiautomático detectó que Mbappé tenía adelantado el pie por milímetros. Apenas un centímetro. Lo justo para invalidar la jugada. Una acción imposible de percibir a simple vista, pero suficiente para que el tanto no subiera al marcador.
El Bernabéu no lo podía creer. Miles de gargantas gritando al unísono, “¡Robo, robo!”, mientras el marcador volvía al 0-0. La frustración era evidente. En el palco, gestos de incredulidad; en el césped, caras de resignación. Mbappé levantó los brazos mirando al asistente, incrédulo. “¿En serio?”, parecía decirle.

Era el segundo escándalo arbitral en apenas 15 minutos. Primero, el penalti no pitado sobre Vinicius. Ahora, un gol anulado por una diferencia imperceptible. Dos decisiones en contra del Madrid que encendieron el ambiente desde el primer cuarto de hora.
El Clásico, en llamas desde el inicio
El Real Madrid estaba siendo mejor. Presionaba arriba, recuperaba rápido y había logrado encontrar el hueco justo para hacer daño. Pero la tecnología volvió a frenar el golpe.
La afición lo tenía claro: el gol debía haber subido al marcador. La sensación era de injusticia total. “¡Siempre igual!”, gritaban desde el fondo sur.
Mbappé, pese a la anulación, siguió con la mirada fría y desafiante. Sabía que el partido no había hecho más que empezar. Pero el Bernabéu ardía. Y con razón. En apenas 12 minutos, el Clásico ya estaba teñido de polémica. Y lo peor, para el Madrid, era que el marcador seguía sin moverse.