El Clásico dejó muchas historias, pero pocas tan llamativas como la de Lamine Yamal. El joven extremo del Barcelona terminó el partido contra el Real Madrid sin apenas aportar nada al juego.
Las cifras son contundentes:
- 0 goles
- 0 asistencias
- 0 tiros a puerta
- 0 centros con acierto
- 21 pérdidas de balón
Terrible registro para alguien que había generado tanta expectación antes del partido.
Lamine es un talento indiscutible. Cuando tiene el balón en los pies, puede deslumbrar. Pero fuera del césped, sus declaraciones sobre el Real Madrid le pusieron en el ojo del huracán. Sus comentarios sobre el club blanco aumentaron la tensión en la previa y desviaron la atención de su rendimiento futbolístico.
Ibai: "Ah, ¿el Madrid roba?"
— Kings League Spain (@KingsLeague) October 23, 2025
Lamine: "A ver..." pic.twitter.com/he3T66C5Fy
El joven internacional español había sido aplaudido en el pasado, incluso tras partidos complicados con la selección. Pero esta vez, su actitud provocativa le pasó factura en el Bernabéu. Lo que antes era admiración se convirtió en críticas y señalamientos desde la grada.
Vestuario y Madridismo, alerta
En el Real Madrid, las palabras de Lamine no pasaron desapercibidas. Algunos jugadores, compañeros de selección, ya estaban listos para recordarle lo que había dicho. El vestuario, según fuentes, estaba con la sangre en el ojo. Xabi Alonso, consciente de la tensión, trató de no darla excesiva importancia, pero todos sabían que el ataque del azulgrana había sido un acicate extra.
En el Barcelona saben que tienen un jugador con mucho talento, pero también con un carácter explosivo. Lamine ha mostrado gestos que ningún otro joven de su edad se atrevería a hacer, incluso comparándolo con figuras históricas como Messi o Puyol. La gestión de su carácter es clave, tanto en el club como en la selección.
Realidad sobre el césped
Pero lo cierto es que el Clásico dejó un resultado impactante para Lamine. Ni goles, ni asistencias, ni centros efectivos. Solo 21 pérdidas de balón que demostraron que su desempeño estuvo muy lejos de lo esperado.

Al final, el joven extremo pagó caro su protagonismo fuera del campo. Su osadía mediática no tuvo reflejo en el césped y dejó una imagen de debilidad frente al Real Madrid. Las cifras hablan por sí solas: un debut en el Clásico marcado por la ineficacia y la presión.