El Fútbol Club Barcelona constantemente está encontrando la manera, por sí solo, de ponerse en ridículo en situaciones sin sentido. Sin hablar del tema del estadio o del caso Negreira, el cual siempre avanza en contra del club y lo expone ante la prensa, hay otro que es incluso peor. En este caso, es José Álvarez, en El Chiringuito, quien habla acerca de una disparidad de criterios arbitrales.
"En el Barça ve una disparidad de criterios arbitrales, ven muy complicado ganar la liga". Estas fueron las palabras por parte del tertuliano barcelonista, el cual trata de transmitir la idea que tiene el club hacia el programa. Esto, evidentemente, es una auténtica barbaridad, teniendo en cuenta los grandes favoritismos que han recibido, incluso en el inicio de esta temporada.
Viven en otra realidad
Parece inverosímil pensar que los culés se empiezan a quejar de una situación de disparidad arbitral cuando ellos son los claros beneficiados de esta misma. Tan solo hay que voltear a ver el saldo favorable en cuanto a decisiones arbitrales hacia los culés desde hace unos cuantos años, y no de ahora. Esto, por supuesto, no lo tienen en cuenta, ya que solamente logran ver cuando algo les perjudica, y que en este caso no son muchas acciones.
De hecho, gran parte de su discurso viene a partir de las decisiones arbitrales, que han sido muy pocas, que favorecen al Madrid, pero con otros equipos. Además, ellos parecen que se quejan de algunas decisiones recientes, las cuales, tomando en cuenta el ejemplo, han sido bien arbitradas.
De alguna manera, incluso los aficionados están acostumbrados a recibir ciertos beneficios sobre el terreno de juego y ahora, incluso, los periodistas. Lo peor de todo es que el club, directamente a través de la voz de este personaje, expone la realidad de su situación.
El tiempo los pone en su sitio
Se sabe cómo terminan este tipo de historias, las cuales son de victimismo sin sentido y una necesidad de atención bastante cruda. El tiempo termina poniendo en su lugar a todos los que se atreven a hablar con hipocresía, y los dirigentes del Barcelona, como este periodista, seguramente lo vivirán pronto.