El Bernabéu recibe a Lamine Yamal como merece, ojo a la reacción

Gran silbido cuando se reproduce el nombre de Lamine por el sistema de megafonía anunciando el once culé

Alejandro Moreno Carrillo
Periodista
26 de Octubre de 2025 a las 16:20
Lamine Santiago Bernabéu
Lamine Santiago Bernabéu

El ambiente en el Santiago Bernabéu ya era eléctrico desde una hora antes del Clásico. Pero había un nombre que todos esperaban escuchar: Lamine Yamal. Y cuando el sistema de megafonía lo pronunció, el estadio entero explotó. Un silbido monumental recorrió las gradas. No fue sorpresa, pero sí una muestra clara de lo que opinan los aficionados blancos del joven extremo culé.

Polémicas palabras en la Kings League

La reacción no llegó por casualidad. En los últimos días, Lamine había sido protagonista fuera del campo. Durante una aparición en un programa de la Kings League, el futbolista del Barcelona dejó unas declaraciones que encendieron al madridismo: El Madrid roba, dijo entre risas.

Aquella frase, aunque muchos la interpretaron como una broma, no sentó nada bien en el entorno blanco. Las redes sociales ardieron, los programas deportivos abrieron con el tema, y la afición del Real Madrid tomó nota. Así que, cuando tocó recibirlo en casa, el Bernabéu respondió a su manera.

El sonido fue atronador. Miles de aficionados, de pie, silbando y abucheando mientras el nombre de Lamine sonaba por los altavoces. Un aviso de que cada palabra tiene su eco, sobre todo cuando se trata del Clásico.

El foco sobre el joven azulgrana

Lamine, de apenas 18 años, es uno de los grandes talentos del fútbol europeo. Pero también está aprendiendo que cada gesto y cada palabra pesan más en un escenario como este. El Clásico no perdona. Ni en el campo ni fuera de él.

Durante el calentamiento, el extremo intentó abstraerse, serio, concentrado, sin mirar demasiado a las gradas. Pero el murmullo persistía. Cada toque de balón suyo iba acompañado de abucheos y silbidos.

El público del Bernabéu no olvida fácilmente, y menos si se trata de una provocación hacia su equipo. Yamal lo sabe ahora mejor que nunca.

El partido, más allá del marcador, ya había empezado antes de rodar el balón. En Madrid, los Clásicos se viven con el alma… y cada detalle cuenta. Lamine lo comprobó nada más sonar su nombre.

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