El FC Barcelona vuelve a estar en el centro del huracán. Joan Laporta busca salvar una operación económica a la desesperada con un amistoso en Perú… pero todo podría venirse abajo. El viaje que debía tapar el agujero millonario tras la cancelación del duelo en Miami contra el Villarreal está ahora en el aire.
El club necesita dinero urgente. Los ingresos por taquilla han caído en picado desde el traslado al Estadi Olímpic y los conciertos impidieron volver antes al Camp Nou. Laporta contaba con los millones del amistoso en Estados Unidos, pero la Liga frenó el plan. Ahora la alternativa pasa por cruzar el Atlántico hacia Latinoamérica.
Un amistoso que pende de un hilo
El Barça pretende jugar en Perú entre el 20 de diciembre y los primeros días de enero. El objetivo: ingresar entre siete y ocho millones de euros. Pero la operación tiene tres obstáculos que pueden dinamitarla.

El primero, la Liga. El club ha solicitado disputar la jornada 17 el sábado 20 de diciembre para liberar fechas, pero la patronal y la Federación quieren revisar la oferta y las condiciones del viaje antes de autorizarlo.
El segundo, la AFE. La Asociación de Futbolistas Españoles aún no ha recibido comunicación oficial del Barça. El sindicato debe aprobar el calendario y garantizar las vacaciones de los jugadores. Sin ese permiso, no hay amistoso posible.
Y el tercero, el promotor. La empresa encargada del partido en Perú no ha cerrado todos los detalles logísticos ni los pagos garantizados. El recuerdo del fiasco de Miami —con protestas de futbolistas y denuncias del Real Madrid— aún pesa demasiado.
Laporta, contra las cuerdas
La cancelación del encuentro ante el Villarreal dejó al club sin los seis millones prometidos por la promotora Relevent. Ahora, Laporta intenta reponerse del golpe con este amistoso en tierras peruanas. Pero la sensación dentro del club es de improvisación total.

El propio Hansi Flick, centrado en la temporada, no ve con buenos ojos una gira a mitad de curso. Los jugadores tampoco están convencidos. Si la AFE o la Liga tumban el plan, el Barça se quedará sin amistoso, sin ingresos y con otro capítulo de caos institucional.
Laporta, otra vez, al borde del ridículo. Ni Miami ni Perú. Solo ruido y promesas que se desvanecen antes de despegar.