El culebrón de Vinicius se encamina hacia su capítulo final. El Real Madrid y el brasileño han alcanzado un entendimiento total para prolongar su contrato. Solo falta estampar la firma. Nada más. Todo lo demás está acordado.
En el club respiran tranquilos. Querían cerrar el asunto antes de que la situación se alargara más. Y Vinicius también lo veía necesario. Ambos comparten la misma idea: seguir juntos y reforzar un proyecto en el que el delantero es pieza imprescindible.
La sintonía es absoluta. El jugador está encantado en el Bernabéu. Lo ha repetido muchas veces. Y los dirigentes no tienen dudas: es uno de los pilares del futuro inmediato. Por eso el acuerdo ha avanzado tan rápido en las últimas semanas.
Un avance decisivo tras el parón
El punto de inflexión llegó a raíz de los días que Vinicius pasó con su selección. Le sentaron bien. Se le vio más despejado y con otro ánimo. Ese respiro, sumado a las conversaciones internas, dejó el camino libre.
El episodio del Clásico quedó atrás. Fue más ruido externo que un conflicto real. Xabi Alonso y el delantero hablaron, aclararon posiciones y todo volvió a su cauce. En Valdebebas lo valoraron como un gesto maduro de ambas partes.
En el vestuario, el ambiente con Vinicius es excelente. El grupo sabe lo que aporta dentro y fuera del campo. El detalle de pedir perdón por si su reacción había molestado se recibió como un acto de responsabilidad. Un gesto que suma.
Una renovación que ordena el futuro
El Madrid no quería que el asunto se prolongara. Con un año y medio de contrato por delante, la prioridad era cerrarlo cuanto antes. Evitar dudas. Cortar rumores. Y asegurar la continuidad de un jugador que es imagen, motor y símbolo del equipo.
Vinicius también tenía clara su postura. Aquí se siente querido, protegido y competitivo. Su fútbol crece en este entorno. La afición le respalda. El entrenador confía en él. Y la directiva tiene claro que debe formar parte del corazón del proyecto.
Por eso el acuerdo era cuestión de tiempo. Las dos partes convergieron sin tensiones. Sin condiciones imposibles. Solo faltan los documentos finales y la firma. Una simple formalidad.
El desenlace ya se ve venir: Vinicius seguirá vestido de blanco. Y lo hará durante muchos años más. El Madrid ata a uno de sus líderes. Y el brasileño asegura su futuro donde siempre quiso estar.