Laporta se encontró en su segunda etapa al frente del FC Barcelona con una situación económica ruinosa, pero lejos de mejorarla, la ha empeorado notablemente.
Los gastos de gestión del club suben 120 millones de euros entre 2024 y 2026, si se cumplen las previsiones presupuestarias de la junta directiva, lo que supone una losa muy grande para el club azulgrana.
Laporta aumenta en 120 millones de euros los gastos de gestión hasta 2026, la situación económica del Barça es dramática
Es cierto que el Barça ha cerrado el ejercicio 24/25 con una recaudación de 994 millones y ha previsto que esta temporada se alcancen los 1.075 millones de euros. Conseguiría así seguir la senda del Real Madrid, que ya ha conseguido superar la barrera de los mil millones de ingresos anuales.

Por segundo año consecutivo la entidad azulgrana ha anotado pérdidas tras impuestos, en este caso han sido de 17 millones, tras un beneficio de dos en la actividad ordinaria. Según informa Culemanía, la losa de los gastos complica el crecimiento sostenible.
El hecho de no jugar en el Camp Nou, dificulta notablemente el hecho de que crezcan los beneficios de explotación del estadio, que se reducen mucho en el destierro de Montjüic. A pesar de las prisas de Laporta por volver a la casa del barcelonismo, el Camp Nou está lejos de poder acoger un partido de fútbol. Los accesos están impracticables y el hecho que el estadio aún no sea seguro para el público hacen inviable la vuelta a corto plazo, y en caso de producirse, se haría con muy poco público, poco más de veinte mil espectadores, lo que limitaría mucho la capacidad de ingresos.
Las palancas de Laporta, suponen que ingresos a futuro estén comprometidos durante mucho tiempo
Todo esto sumado a la venta de activos que supusieron las famosas palancas, hacen que el futuro económico de la entidad sea negro, teniendo en cuenta que los ingresos a futuro están comprometidos por la venta de derechos de televisión durante mucho tiempo, entre otras cosas.
Laporta trata de maquillar las cuentas mientras está atornillado al sillón presidencial, el problema vendrá cuando el sustituto llegue y se encuentre con unas cuentas del club manifiestamente mejorables, una deuda gigante e ingresos aminorados por la gestión de su predecesor.
El Real Madrid mira desde la distancia, con una solvencia económica brutal, los problemas de su máximo rival.