El tema Rüdiger sigue en el aire en el Real Madrid. Las negociaciones para su renovación comenzaron hace meses. Sí, ambos quieren seguir juntos. Pero, de momento, todo está parado.
¿Por qué? Simple. El alemán sufrió una lesión muscular a finales de octubre. Nada de hablar de contratos mientras él estaba fuera del campo. Lo importante ahora es que se recupere. La idea es volver a la mesa de negociaciones a principios de 2026. Ahí se verá si sigue siendo el pilar de la defensa.
Imprescindible para los jóvenes
Con tantos chavales en la plantilla, su rol es clave. Álvaro Carreras, Jude Bellingham, Eduardo Camavinga… hasta Endrick y Mastantuono. Todos ellos aprenden de Rüdiger. No solo cómo defender, sino cómo vivir el Madrid.
Huijsen lo ve como un hermano mayor. Asencio ha dado su mejor versión con él al lado. Es un líder dentro del vestuario. Un referente. Y eso no se mide en goles ni en pases. Se mide en seguridad, en confianza, en carácter.
Rüdiger está cómodo en Madrid. Vive en La Finca, con su familia. Se siente feliz, eso pesa mucho. En el vestuario es de los más queridos, y eso el club lo nota. La estabilidad personal cuenta mucho.
Prioridad: quedarse
Sí, hay ofertas. Arabia Saudí, Chelsea… pero él tiene clara su prioridad: el Real Madrid. Quiere seguir. Quiere ayudar a los jóvenes. Quiere aportar experiencia.
El club también lo quiere. Con Huijsen subiendo, Upamecano en la planificación y la posible salida de otros veteranos, Rüdiger sigue siendo vital. La renovación, si todo va bien, se cerrará a comienzos de 2026. Primero hay que ver cómo vuelve físicamente.
Rüdiger aporta seguridad, carácter, experiencia. Eso no se reemplaza. Él lo sabe. El Madrid lo sabe. Las bases están sobre la mesa. Solo falta que las partes se reúnan y den el “sí” definitivo. Una temporada más con Rüdiger en el centro de la defensa parece más cerca que nunca.