Kylian Mbappé tiene ante sí una noche que puede ser histórica. Dos goles. Solo dos. Eso es lo que necesita el delantero del Real Madrid para alcanzar los 400 tantos como profesional. Lo haría con apenas 26 años y 10 meses, algo que ni Messi ni Cristiano consiguieron tan jóvenes.
El dato habla por sí solo. El argentino llegó a esa cifra con 27 años, 3 meses y 3 días, marcando frente al Granada. Cristiano lo hizo aún más tarde, con 28 años y casi 11 meses, en un partido ante el Valencia. Lewandowski lo logró ya con 30 cumplidos, y Harry Kane, incluso después. Mbappé puede hacerlo antes de los 27. Pocas veces una carrera fue tan vertiginosa.
En modo depredador
Mbappé llega lanzado. Está en su mejor momento desde que viste de blanco. Suma 18 goles y 2 asistencias en 14 partidos esta temporada. Su impacto es inmediato, constante. En cada balón, en cada arrancada, en cada gesto.

Viene de firmar un doblete ante el Valencia, aunque pudo ser un hat-trick. Cedió un penalti a Vinicius cuando podía haberlo lanzado él. Ese gesto, más allá del detalle con un compañero, muestra la confianza y la tranquilidad con la que vive este tramo del curso. Sabe que los goles van a llegar. Porque siempre llegan.
Solo se ha quedado sin marcar en dos partidos: ante la Juventus y contra el Mallorca. En este último, además, le anularon dos tantos. Está fino, rápido, eléctrico… y con el punto de mira ajustado.
Un escenario perfecto
Y claro, el reto llega en un escenario de altura: el Liverpool. Un rival de los que motivan, de los que hacen historia. Anfield lo conoce, el Bernabéu lo espera. Mbappé huele los grandes partidos y hoy tiene delante una oportunidad de oro para seguir agrandando su leyenda.

Si el francés firma su doblete, alcanzará una marca que ni los más grandes pudieron lograr tan pronto. Un registro que lo coloca en otra dimensión, la de los elegidos. Porque Kylian no solo marca goles. Marca épocas. Y esta noche puede escribir otro capítulo de los que no se olvidan.