El Real Madrid no está atravesando su mejor momento. Ni los resultados acompañan ni la imagen del equipo es la mejor. Esto ha disparado los rumores sobre posibles fichajes y posibles salidas, algo habitual en este tipo de contexto.
Que el Real Madrid debe reforzar su centro del campo es una obviedad. Jugadores como Wharton, Mac Allister, Enzo Fernández o Kees Smit suenan con fuerza para recalar en el equipo de Chamartín. Por no hablar de la zaga, con la llegada de jugadores como Upamecano o Guéhi, y más ante probable salida de Alaba y Rüdiger.
Sin embargo, lo que el madridismo no se había planteado es el refuerzo en ataque. Y, más aún, si hablamos que dicho refuerzo podría llegar por parte de un jugador que ahora mismo milita en LaLiga.
El perfil que hace falta
¿Qué necesita el Real Madrid en ataque? Un jugador que sea incisivo y con desborde, que actúe por banda derecha. Mastantuono de momento no se ha consagrado en ese puesto; Rodrygo no acaba de encajar y Brahim parece más un suplente de garantías que un titular indiscutible.
Son varios los nombres que se ponen sobre la mesa como posible atacante para el Real Madrid, pero el que ha cogido fuerza en las últimas horas es el de Antony.
Y es que el atacante brasileño del Real Betis está siendo, sin duda alguna, una de las sensaciones de LaLiga. Desborde, calidad, velocidad, asistencias y goles. Un jugador muy completo que parte siempre desde el perfil diestro del ataque. Lo que precisamente necesita Xabi Alonso en su plantilla.
Las primeras informaciones apuntan a que el Real Madrid podría solicitar su cesión al Real Betis (obviamente, con una compensación económica).
De rumor a certeza
Lo cierto es que a día de hoy parece algo complicado que el Real Madrid quiera incorporar a Antony. Desde el club apuntan a otro tipo de jugadores para el ataque, como podrían ser Haaland o Yidliz. Sin embargo, lo que está claro es que si el bético se pone a tiro, su llegada no se descartaría.
Las próximas semanas pueden ser clave para determinar si el fichaje de Antony queda en algo anecdótico o empieza a ser una realidad.