La UEFA ha encendido el semáforo verde. El Barcelona podrá disputar la Champions en el Camp Nou, aunque no sin una lista de condiciones que el club deberá cumplir a contrarreloj. Es un visto bueno con asteriscos, pero un alivio para la directiva, que llevaba semanas empujando para volver a casa.
El anuncio ha caído bien en el entorno azulgrana. Laporta vive estos días con tono eufórico, convencido de que recuperar el estadio es clave para relanzar el proyecto deportivo y, sobre todo, el económico. La aprobación llega tras recibir también el OK del Ayuntamiento y de LaLiga.
Exigencias claras de la UEFA
La UEFA no ha firmado el permiso a la ligera. El organismo ha pedido mejoras inmediatas en accesos, evacuación y zonas de seguridad. Varias áreas del estadio, aún en obras, deben despejarse para evitar riesgos. Nada puede quedar al alcance del público que forme parte del material de construcción.

El club tendrá que reforzar los controles y reorganizar movimientos dentro de las gradas. La grada de Gol Nord seguirá cerrada. El aforo máximo aprobado, por ahora, es de 45.401 espectadores.
Otro punto clave: los 2.250 asientos que la UEFA obliga a reservar para la afición visitante. En Champions, no hay negociación posible. En Liga, en cambio, el Barça ya ha avisado al Athletic de que no habrá entradas para sus seguidores en su visita.
El gran quebradero de cabeza: el palco
Uno de los problemas más delicados está en el palco. La zona habitual no cumple los requisitos de cubierta exigidos para autoridades y compromisos de la UEFA. El club estudia trasladarlo a la primera grada, la opción más rápida y menos costosa. Laporta ya deslizó esta posibilidad hace semanas.
También será necesario reordenar pasillos y accesos para garantizar movilidad segura en los partidos europeos. Limak, la constructora, trabajará junto al club para adaptar zonas sensibles antes de las fechas marcadas.

La directiva confía en obtener la licencia 1C en los próximos meses. Cuando eso suceda, podrán abrir Gol Nord y ampliar el aforo a unos 62.500 espectadores. La idea es tener esa cifra disponible para las eliminatorias europeas, si el equipo logra avanzar.
A medio plazo, el Barça quiere un Camp Nou casi terminado para 2026. El objetivo: subir hasta los 90.000 o 100.000 asientos y explotar el estadio para ingresar unos 400 millones anuales. Mientras tanto, la Champions vuelve a casa… aunque con deberes urgentes bajo el brazo.